María Dolores Arriola Gutiérrez. Nacida, en 1912, de padres gaditanos y abuela filipina, pronto perdió a sus progenitores y al ser mayor de la prole, tuvo que hacerse cargo de sus hermanas. Casada y madre de familia, vivió los horrores de la segunda Guerra Mundial, siendo herida y conociendo la persecución y el exilio.
Afincada en Barcelona, quedó viuda. Fue profesora de lenguas. Su fe, probada por no pocas experiencias, se había ido purificando. Licenciada en teología, en 1971, se retiró como ermitaña al antiguo monasterio de la Murtra (Badalona). En la soledad del claustro dedica largas horas a la oración y al estudio, entre otros, de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz. Concede una importancia fundamental a la oración y a la reflexión teológica. Mujer fuerte, de firmes convicciones, no se deja doblegar y, cuando   habla, Dios está siempre en el trasfondo de la conversación.

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